La destacada científica argentina presentó una hipótesis sobre la toxicidad por los radicales libres que cambió la comprensión de la biología y el envejecimiento. En 1980 fue candidata al Premio Nobel.
Rebeca Gerschman
Este jueves 19 de junio se conmemoran 122 años del nacimiento de Rebeca Gerschman (1903-1986), una destacada científica argentina egresada de la Universidad de Buenos Aires y candidata a un premio Nobel.
Oriunda de la localidad de Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, Gerschman cursó sus estudios superiores en la Escuela de Farmacia y Bioquímica, que en ese momento funcionaba en la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA.
En 1937, después de graduarse como farmacéutica y bioquímica, realizó su doctorado bajo la dirección del premio Nobel en Medicina, Bernardo Houssay. Su tesis sobre el potasio plasmático dio lugar al método Gerschman-Marenzi, una técnica innovadora para medir el potasio sanguíneo en distintas condiciones fisiológicas y patológicas.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Rebeca viajó a Estados Unidos para realizar su posdoctorado en la Universidad de Rochester, donde comenzó a trabajar en el efecto de los gases en la fisiología.
Estos estudios derivaron en su reconocida teoría sobre la “toxicidad del oxígeno por los radicales libres (aquella molécula que, en su estructura atómica, presenta un electrón desapareado o impar en el orbital externo, dándole una configuración espacial que genera una alta inestabilidad)”, publicada por la revista Science en 1954.
Gerschman postulaba que, si bien el oxígeno es esencial para la vida, la elevada concentración de esta especie química inestable producía daños celulares en el organismo, similar a los efectos de la radiación ionizante. Una hipótesis revolucionó la comprensión científica de la biología celular y el envejecimiento.
En 1960, regresó a Argentina para desempeñarse como profesora en la cátedra de Fisiología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA. Allí, implementó métodos pedagógicos innovadores, como el uso de cine científico y la invitación a conferencistas internacionales.
Su trabajo fue reconocido en el ámbito internacional al punto de ser candidata al Premio Nobel de Fisiología y Medicina durante la década de 1980.
Falleció el 4 de abril de 1986 debido a una anemia aplásica, una patología que puede afectar a las personas sometidas durante largo tiempo a las radiaciones ionizantes y que, de hecho, fue relativamente común en los primeros investigadores que trabajaron con las mismas. Esto sucedió justo antes de poder ser entrevistada por el Comité de selección del Premio Nobel.
En su honor, la provincia de Buenos Aires la declaró Ciudadana Ilustre Post Mortem en 2022, por su aporte a la ciencia como investigadora en el campo de la fisiología y la ciencia.
Argentina tiene un premio llamado Rebeca Gerschman
Desde 2010, el Senado Nacional entrega el premio Rebeca Gerschman a mujeres investigadoras mayores de 60 años destacadas por su trayectoria y sus aportes a la producción del conocimiento.
Esta distinción, que se enmarca dentro del Premio Bernardo Houssay, se otorga en cuatro áreas:
Cada ganadora recibe una medalla, un diploma y una asignación monetaria, mediante un acto público anual que cuenta con la presencia del presidente/a de la Nación y el Ministro/a de Ciencia y Tecnología.
El premio Rebeca Gerschman busca visibilizar y valorar la contribución de las mujeres mayores en la ciencia argentina, reconociendo su legado y fomentando la inclusión y el liderazgo femenino en la investigación científica.
Todos los trabajos publicados por Rebeca Gerschman
Gerschman dejó un legado perdurable en la ciencia, siendo una de las precursoras en el estudio de los radicales libres y su impacto en la salud humana. Fue una defensora activa de los derechos de las mujeres en la ciencia.